Hoy hemos vuelto a Tres Cantos, a las puertas de Vivotecnia. Hace casi dos años, cuando aparecieron las imágenes grabadas por Carlota Saorsa, también estuvimos aquí. Vinimos indignadas, con rabia y cargadas de transportines, con la esperanza de ver salir a los animales del infierno de Vivotecnia. Desgraciadamente no fue así, y a escasos metros de donde hoy nos concentramos, los animales siguen sufriendo y soportando terribles experimentos.
Por eso volvemos. Para que los responsables de la empresa vuelvan a oír nuestros gritos y sientan nuestra presencia. Para que sepan que no olvidamos lo que hicieron y siguen haciendo. Que no perdonamos ni vamos a pasar página como si nada hubiese ocurrido. No vamos a parar hasta que dejen de usar a los animales como si fuesen instrumentos, meros recursos para beneficio humano. Para ellos los animales son una herramienta más, pero sienten dolor y miedo y tienen intereses por vivir sus vidas en paz, lejos de quienes les hacen sufrir.
La experimentación animal es un vertedero ético que trata de justificar lo injustificable, que disfraza y oculta con argumentos científicos lo que es simple y llanamente tortura. El lucro, el dinero, las licitaciones millonarias, esas son sus auténticas motivaciones para seguir vejando, golpeando y matando animales. Forjan sus carreras sobre la sangre de perros, cerdos, roedores y primates
Los políticos y los cuerpos represores del estado olvidaron y traicionaron a los animales encerrados en Vivotecnia. Demostraron una vez más que no son nuestros aliados, ni moverán un dedo para ayudar a los animales. Han estado, están y siempre estarán del lado de los explotadores, protegiendo sus intereses y tratando de reprimir a quienes persiguen un mundo más justo para todos sus habitantes.
Solo les activistas han mantenido viva la llama de la indignación y la polémica surgida tras la publicación de las imágenes de lo que ocurre ahí dentro. Y queremos seguir haciéndolo. Con más fuerza, con más energía y con más determinación. Buscamos revitalizar la lucha contra Vivotecnia, volver a las calles y a las puertas del laboratorio. Y queremos hacerlo junto a todas las personas que hoy estáis aquí y junto a quienes aun sienten una punzada de rabia cada vez que oyen la palabra Vivotecnia.
No vamos a olvidar a los animales que siguen dentro ni a dejar que el trabajo de la compañera Carlota Saorsa caiga en saco roto.
No pararemos hasta que toda jaula quede vacía.
¡Cerremos Vivotecnia, por los animales!