El pasado 24 de febrero tuvo lugar en el Local Anarquista Magdalena un encuentro con el fin de reflexionar y establecer diálogo para construir una comunidad de lucha antiespecista. La dinámica del encuentro giró en torno a algunas preguntas planteadas anteriormente que surgieron de un breve texto publicado por la Asamblea Antiespecista de Madrid: https://cerremosvivotecnia.noblogs.org/post/2023/10/01/iniciando-dialogo-para-construir-comunidad-de-lucha/
A la convocatoria acudieron más de una veintena de personas que, tras una ronda de presentación, la mayoría de las personas allí presentes manifestaron no formar parte de colectivos, pero si mostraban interés en participar en la lucha antiespecista. Un debate que estuvo presente a lo largo del encuentro fue esta dicotomía entre lo individual y lo colectivo.
Para arrancar el encuentro se planteó la pregunta: ¿De qué manera canalizamos nuestro malestar o nuestra indignación ante un suceso?
Las respuestas encontraron diversas formas de canalizar esas sensaciones, como hablar con otras personas, compartirlo ya sea gritando en una manifestación o colectivizándolo en una protesta con más personas. Llorar como ejercicio de descarga emocional o escribir como terapia. La comunicación asertiva para poder expresar esa frustración o acciones como llamadas o envío de mails a los responsables. Otras personas buscan la solución al malestar de forma teórica pensando en cómo se podría evitar o qué se podría hacer, y otras mediante la acción directa.
Una vez compartidas estas formas de canalizar el malestar, nos preguntamos por los canales y espacios de expresión de esta con la siguiente pregunta: ¿Cuáles son los canales o los espacios de expresión y participación?
Inevitablemente, la primera respuesta fueron las redes sociales, con sus pros y contras, ya que son espacios donde se puede encontrar información, establecer contacto con otres activistas o conocer convocatorias, pero también se resaltó el peligro de estos espacios virtuales como confusos, o incluso violentos donde la comunicación a veces se basa en el insulto. Sin embargo, los puntos físicos abarcaron muchas más formas, desde manifestaciones, concentraciones, propaganda en papel, pintadas en paredes y muros, pegatinas o mensajes en ropa como camisetas o bolsos. Otros canales que salieron como espacio de expresión y participación fueron los medios de comunicación, desde los más tradicionales hasta los alternativos como podcast o blogs, además del cine y la fotografía como otros canales de expresión. La comunicación abierta como forma de plantear un tema a un grupo de personas que están alrededor, o la conversación con otros en los diferentes ámbitos de la vida, ya sean amigos, compañeros de trabajo, o los colectivos y asambleas como forma de participación en grupo donde encontrarse y poder expresar el malestar.
En este punto del encuentro se abordó la pregunta: ¿Afrontamos estas situaciones desde lo colectivo o desde lo individual? Quizá una de las preguntas más complejas de abordar, ya que no se trata de una cuestión donde haya que elegir una u otra forma para afrontar las soluciones. Varias personas coincidieron en resaltar que desde lo individual se pueden hacer grandes cosas, pero desde lo colectivo se potencia la fuerza de las acciones. Sin embargo, varias personas plantearon el problema de hacerlo de forma colectiva, ya sea por la falta de tiempo, la falta de comunicación, o incluso el miedo que han generado las infiltraciones de agentes secretos de las fuerzas de seguridad. Por otro lado, se reflexionaba sobre el apoyo que se puede encontrar al dar con otros activistas, compartir frustraciones, dudas o el hecho de aprender juntas.
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