El pasado jueves 25 de enero, convocamos una concentración frente la sede de AseBio, una asociación que pretende agrupar y representar a distintas empresas o centros de investigación relacionados con el campo de la biotecnología. Además de ser unos firmes defensores de la experimentación animal, en los últimos meses, AseBio ha contado con Vivotecnia en los eventos que organiza. Es el caso de Biospain 2023, feria internacional de biotecnología, donde se promueve el encuentro entre empresas e inversores y en la que Vivotecnia contó con su propio stand.
Por eso mismo, quisimos señalar a AseBio. Nos parece vergonzoso que una asociación que en su propia página web se cuelga la medalla de “promover los más altos estándares de bienestar animal”, dé visibilidad y esté sirviendo como balón de oxígeno económico a Vivotecnia, el primer laboratorio del Estado español acusado de hechos que podrían constituir delitos de maltrato animal.
A las 17:00 de la tarde de ese día, un grupo de activistas desplegamos dos pancartas y comenzamos a corear frente las puertas de la asociación, situadas en la Calle Diego de León, 49. Ante el asombro de les vecines que transitaban a esa hora las calles, comenzaron a sonar nuestros cánticos contra la experimentación animal. Por supuesto, también exigimos con nuestras voces el cierre de Vivotecnia y denunciamos las actividades de AseBio con cánticos como “Asebio violentos contra animales indefensos”.
En las pancartas se podía leer “AseBio y Vivotecnia, los animales no son objetos” y “Rescate Vivotecnia”. También se mantuvieron en alto durante toda la concentración carteles donde se mostraban algunas de las imágenes obtenidas por Carlota Saorsa dentro de Vivotecnia y en los que se podían leer lemas contra el laboratorio y el negocio de la experimentación animal. Además, durante el transcurso de la concentración se estuvo repartiendo un panfleto en el que se explicaba el motivo de nuestra presencia frente a la sede de AseBio y la relación de la asociación con el laboratorio. Varies vecines se pararon a preguntar sobre el caso e incluso algunes nos mostraron su solidaridad.
Valoramos muy positivamente la concentración. La energía de les activistas que asistieron fue muy potente y contagiosa y no podemos estar más agradecides por su presencia y por apoyar esta convocatoria. Además, pequeños actos como este, que rompen la monotonía cotidiana de un barrio cualquiera de Madrid, ayudan a destapar la realidad que se esconde tras empresas o asociaciones como AseBio. Cualquier otro día, la sede de la asociación habría pasado completamente desapercibida, pero esa tarde cientos de personas descubrieron que son cómplices de lo que ocurre dentro de Vivotecnia.
Por una ciencia con conciencia, ¡Cerremos Vivotecnia!