Ser científico no es matar animales.

Crónica desde la caseta de Montoliu en la Feria del Libro de Madrid 2025.

El pasado 15 de junio una decena de activistas antiespecistas nos dimos cita en la Feria del Libro de Madrid, frente a la caseta de la editorial Comares. Allí estaba promocionando su nuevo libro,
Ser Científico. La ciencia como vocación y profesión, el investigador Lluís Montoliu, uno de los mayores representantes del lobby de la experimentación animal en el Estado español. Es por ello que nada más vernos aparecer por allí, con nuestras batas blancas y nuestros carteles en contra de la vivisección, su cara pasó de su habitual sonrisa llena de suficiencia a una mueca contrariada que trató de ocultar durante la hora que permanecimos frente a él.

Y es que, confiado en que este año podría llevar a cabo su labor de desinformación sin nadie que confrontara su discurso falaz, una vez más Montoliu ha tenido que disimular su incomodidad ante nuestro señalamiento, y aguantar que, a escasos metros de donde él vendía su libro, nosotres repartíamos nuestros panfletos en los cuales desenmascarábamos su figura y la cruel industria a la que representa. Nuestra presencia tampoco pasó inadvertida a las numerosas personas que, a pesar del calor, paseaban aquel día por la Feria del Libro, muchas de las cuales cogieron nuestro panfleto y nos preguntaron por los motivos de nuestra campaña, mostrándonos su apoyo y agradeciéndonos incluso nuestra presencia.

Porque ante las mentiras de Montoliu y sus seguidores les activistas no nos cansaremos de repetir que ser científico no es matar animales, ni perpetuar un modelo de hacer ciencia caduco que cada año tortura y acaba con la vida de más de 100 millones de animales no humanos en todo el mundo; un negocio cruel e innecesario máxime cuando cada vez existen modelos más avanzados que permiten investigar y producir progresos científicos sin necesidad de recurrir a la experimentación animal. Porque queremos una ciencia con conciencia, y porque no pararemos hasta que la última jaula quede vacía. Por eso, allá donde estén Montoliu y los representantes del lobby de la vivisección, estaremos también les activistas para señalarles y gritarles alto y claro que tienen las manos manchadas de sangre.

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