Hace dos años pudimos ver lo que le hacéis a los animales. Y hace dos años también vinimos a aquí a mostraros nuestra repulsa. En ese momento deseábamos no tener que volver jamás, que las puertas de vuestro laboratorio cerrasen. Pero aquí estamos, dos años después y, desgraciadamente, los animales siguen dentro de vuestros muros y vuestras rejas. Pero que no cerraseis vuestro laboratorio entonces, no nos desmoraliza. Todo lo contrario. Solo nos demuestra lo que ya sabíamos: Que todo vuestro discurso sobre bienestar animal y comités de ética es mentira. Que lo único que os interesa es cimentar vuestras carreras profesionales sobre la sangre de los animales. Que anteponéis los intereses económicos de vuestros negocios a las vidas de los seres a los que torturáis y matáis.
Por eso estamos hoy aquí, para volver a deciros que no sois bienvenidos en Tres Cantos, ni en Madrid, ni en ningún otro lugar. Todos los días pensamos en los animales que mantenéis encerrados. Y ellos son la motivación principal para que sigamos luchando contra vosotros. Mientras haya un solo animal en vuestras jaulas, oiréis nuestros gritos y sentiréis nuestra rabia. Porque no tenéis ningún derecho a arrebatarles lo más preciado que tienen: la libertad y la vida.
Hoy hemos vuelto aquí, a las puertas de Vivotecnia para recordaros que no olvidamos a los animales, ni perdonamos los horrores a los que les sometéis. Tenemos claros nuestros objetivos. Y esos sois vosotros y vuestros colaboradores: quienes os contratan, quienes blanquean vuestra imagen ante los medios, quienes legitiman la existencia de vuestra empresa y permiten que sigáis abriendo sus puertas día a día.
No queremos terminar esta convocatoria sin darle de nuevo las gracias a Carlota Saorsa por mostrarnos lo que ocurre dentro de Vivotecnia. Sin ella, posiblemente hoy no estaríamos aquí.
¡Cerremos Vivotecnia, por los animales! ¡Liberación animal!