Un año más, el CSIC ha seguido contratando los servicios de Vivotecnia, por eso, nosotras también decidimos volver a estar presentes en su ciclo de cine de verano.
Las proyecciones, que se realizaron durante los viernes de julio en las propias instalaciones del CSIC, contaron con una importante afluencia de público y prácticamente todes les asistentes recibieron un panfleto en el que se les informaba sobre la relación contractual entre el Centro Superior de Investigaciones Científicas y Vivotecnia, el infame laboratorio acusado de maltrato animal. A pesar de los intentos de algunas trabajadoras del CSIC, que intentaban sabotearnos repartiendo abanicos y trípticos al mismo tiempo que nosotras dábamos a la gente nuestros panfletos, se sucedían las caras de desagradable sorpresa entre les asistentes que hacían fila y a quienes se informaba sobre la conexión entre el CSIC y el laboratorio.
El tercer viernes decidimos que era el momento de que la gente viese con sus propios ojos los horrores de los que hablaba el panfleto que les entregábamos. Además de las dos personas que repartían los panfletos, otras dos compañeras estuvieron mostrando en ordenadores las imágenes obtenidas dentro de Vivotecnia. La gente apartaba la mirada sin poder soportar las imágenes o las observaban con indignación. Incluso una trabajadora del CSIC, que miraba las imágenes con gesto de absoluta consternación, salió a hablar con nosotras y se interesó por el caso. El último viernes que asistimos a repartir panfletos, llevamos también el ordenador, pero ante la gran afluencia de niñes que acudían con sus familias a ver la película, decidimos no mostrar las imágenes.
Como pequeño balance de estos cuatro días de reparto de información, podemos decir que el resultado nos parece más que positivo. Hubo personas que conocieron el caso Vivotecnia gracias a esos panfletos, otras descubrieron en ese momento que el CSIC tiene relación con el laboratorio, algunas mostraron un absoluto rechazo y aseguraron que harían saber al CSIC su opinión y, lo más importante, pudimos hacer llegar nuestro mensaje a personas directamente implicadas en el centro. Por ejemplo, uno de los días nos topamos entre les asistentes con Txetxu Ausín Díez, presidente del comité de ética del CSIC. Por supuesto, no perdimos la oportunidad de darle uno de nuestros panfletos, para que le quede claro que hay gente a la que la contratación de Vivotecnia por parte de la institución para la que trabaja nos parece de todo menos ético.