Durante el mes de julio de 2023, los viernes por la noche el campus central del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) volvió a convertirse en un cine de verano al aire libre. Durante tres fines de semana consecutivos, dos activistas acudieron a las puertas del CSIC a repartir panfletos entre la concurrencia de gente. En ellos se explicaba que, a pesar de que Vivotecnia está acusada de hechos que podrían constituir delitos de maltrato animal, el Consejo ha seguido contratándolos para que gestionen algunos de sus animalarios. En el panfleto se incluía también un código QR que redirigía directamente a las imágenes obtenidas por Carlota Saorsa dentro de Vivotecnia para que quien leyese el panfleto pudiese comprobar el tipo de prácticas que se llevan a cabo dentro del laboratorio.
Mientras se repartía la propaganda, distintas personas preguntaron por el caso y se mostraron sorprendidas por la relación entre el CSIC y el laboratorio. En la primera jornada de reparto, también varias trabajadoras del Consejo salieron a ver lo que se estaba repartiendo. Una de ellas llegó incluso a pedir un panfleto y, al ver de qué trataba, evidenció que no les pillaba por sorpresa la presencia de activistas debido, posiblemente, a otras ocasiones en las que también se ha denunciado las contrataciones a Vivotecnia por parte del CSIC, como en la Feria de la Ciencia o la Feria del Libro. En ambas ocasiones, varias activistas mostraron al público las imágenes obtenidas dentro del laboratorio y se repartió propaganda entre les asistentes a dichos eventos.
El segundo día de reparto de panfletos, las trabajadoras del CSIC intentaron distraer la atención de las personas a las que se entregaba el panfleto, dándoles ellas a su vez un tríptico con información del Consejo. Esa misma jornada, minutos antes de que comenzase la proyección de la película, dos miembros del CSIC salieron a hablar con les activistas y se quejaron de que la información que se difundía en el panfleto, según ellas, no era veraz ya que el CSIC “no contrata animales del laboratorio”. La cara de sorpresa de les activistas ante tal afirmación fue un auténtico poema y tuvieron que aclararle a esa persona que, evidentemente, el Consejo no contrataba a los animales del laboratorio si no a trabajadores de la empresa para gestionar dos de sus animalarios. En el panfleto que se repartía se señalaba que el CSIC estaba contratando a una empresa inmersa en un proceso judicial por hechos que podrían constituir delitos de maltrato animal, algo que la responsable del CSIC reconoció que era cierto. Sin embargo, su argumento en defensa de la institución fue que ningún juez había dictado sentencia todavía. Ante la pregunta de si el CSIC dejaría de contratar a Vivotecnia si el juez finalmente señalase que las imágenes que aparecen en los vídeos constituyen delitos de maltrato animal, les activistas no hayaron una respuesta clara y remitió al comunicado que el Consejo firmó tras la aparición de las imágenes en 2021. Más tarde se supo que esta persona era un alto cargo del comité científico del CSIC.
En la tercera jornada de reparto de propaganda, el CSIC aumentó su apuesta y no solo repartieron trípticos sino que además regalaban palomitas a los asistentes. Aun así, se volvió a repartir panfletos entre les presentes y algunes se interesaron por el caso y la campaña. Llegamos a hablar con una persona que nos contó que había trabajado en un laboratorio de experimentación animal y solo aguantó un mes porque no soportó ver el trato que se daba a los animales. De nuevo, una trabajadora del CSIC salió a hablar con les activistas, pero, en este caso, la situación fue bien distinta. La trabajadora reconocía sentirse indignada porque el Consejo sigue contratando a una empresa que, en su opinión, “debería estar cerrada”. Llegó a agradecer la labor informativa del caso y reconoció que el CSIC “peca” en ocasiones de no actuar con el nivel de excelencia que se le presupone por cuestiones económicas.
La conclusión que sacamos de estos tres días de reparto de propaganda frente a las puertas del CSIC es que, en ocasiones, acciones que requieren de una inversión mínima de esfuerzo, tiempo y dinero, pueden ser efectivas.