La tarde del 26 de enero nos concentramos frente a las instalaciones del Centro Superior de Investigaciones Científicas, situadas en la Calle Serrano 113-123 para mostrar nuestro rechazo por el nuevo contrato que dicho organismo ha firmado con Vivotecnia.
La protesta estuvo encabezada por tres pancartas. En la primera de ellas se leía “Cerremos Vivotecnia por los animales”, la segunda exigía “Respeto y libertad para los animales” y en la última de ellas se podía leer el hashtag “#RescateVivotecnia”. Les activistas allí concentrades portaban también carteles que mostraban a animales encerrados dentro del laboratorio y criticaban la industria de la experimentación animal, abogando por hacer que ese tipo de prácticas sean parte del pasado.
El 1 de febrero de 2023 se comenzó a ejecutar el nuevo contrato concedido por el CSIC a Vivotecnia. Un contrato con un valor estimado de 1.649.702,40€. La licitación se reparte en dos lotes destinados al Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INAE). Nos parece una auténtica vergüenza que un organismo público siga manteniendo relaciones contractuales con un laboratorio que se encuentra en pleno proceso judicial por hechos que podrían constituir delitos de maltrato animal. Pero sea cual sea la sentencia de dicho proceso, solo las imágenes que se obtuvieron de forma encubierta dentro del laboratorio deberían ser motivo más que suficiente para romper cualquier relación con una empresa que tortura, veja y asesina animales.
En el primer comunicado que se leyó a los pocos minutos de dar comienzo la concentración, se hizo mención al comité ético del CSIC. Un comité que, o bien no ha entendido lo que es la ética o, si lo ha hecho, ha preferido ignorarla al contratar de nuevo los servicios de un laboratorio marcado por la violencia que ejerce contra los animales. En dicho comunicado, se pedía a “todos los órganos y comités del CSIC” que “más allá de Vivotecnia”, dejen atrás la experimentación con animales, porque esa es la única vía para ser realmente pioneros en la investigación y poner en práctica la ética de la que presumen.
Durante el acto se gritaron consignas contra la vivisección y se recordó que “quien contrata también mata”, haciendo referencia al claro papel de cómplices que el CSIC asume al contratar los servicios de Vivotecnia.
Al finalizar la concentración se leyó un segundo comunicado en el que se señalaba la vergüenza y el desprestigio que debería suponer para cualquier institución seguir trabajando con una empresa que ha quedado reflejada como un centro de tortura y exterminio animal. Además, se recordó que están a punto de cumplirse dos años desde que se publicaron las imágenes obtenidas por Carlota Saorsa dentro del laboratorio. Para que una fecha tan señalada no pase inadvertida, se convocó a las personas presentes a una concentración frente a las puertas de Vivotecnia el próximo 1 de abril de 2023.
No pararemos hasta que llegue el día en que toda jaula quede vacía.
¡Cerremos Vivotecnia, por los animales!